jueves, octubre 11, 2007

Miau, mi nombre es Michelle... y por qué ah?

Pequeña nueva integrante de la familia, Michelle, es una gatita que suponemos tuvo un inicio a la vida poco alegre, ya que cuando llegó a casa se mostraba bastante huraña con todos, no salía de su cajita y no comía bien.
Sin embargo, los cuidados y el enorme cariño de Claudia ha hecho que Michelle se haya adaptado a su nuevo hogar y ahora, aunque no es una gatita bonachona, ya se deja cargar.


Cuando la gatita llegó (pequeñita) pensamos que era machito y le pusimos por nombre "Amadeus II", en honor al primer gatito que tuvo Claudia y que se llamó "Amadeus".
Así "¡Amadeus, ven!", "¡Amadeus, a comer!" iban y venían; sin embargo, con el transcurrir de las semanas Amadeus II no daba muestras de hacer mucho honor a su nombre :P
Es por ello que luego de la visita de rigor a la veterinaria para su control nos dijo que era una hembrita, ¡menuda sorpresa que nos llevamos!

Pensamos entonces: ¿¡y ahora!? ¿¡qué nombre le ponemos!? Surgieron nombres como: "Bernarda", "Minina", y un largo etcétera que ya no recuerdo. Sucedió, entonces, que por aquella época transmitían un culebrón colombiano llamado "La Tormenta", culebrón que, por cierto, tenía elevada audiencia y unos personajes muy pintorescos. Uno de ellos se llamaba Michelle, personaje misterioso que había aparecido en el pueblo de la historia, como la novia del macho más macho del lugar. Nadie sabía de dónde había salido, pero poco a poco se hizo conocida por sus ideas liberales. Además guardaba un gran secreto. (¡cuando no!)
Con el tiempo se descubrió que Michelle era un hombre que se había cambiado de sexo!! :P
Ahí fue que decidimos que "Amadeus II" ya no sería conocida como tal; sino que ahora todos la llamarían "Michelle". Y parece que a Michelle le gustó su nombre, porque lo aprendió más rápido que inmediatamente.
Y aunque ahora Michelle tiene límites que a Claudia le gustaría romper, se ha ganado el cariño de la casa y de quienes la engríen.
Larga vida a Michelle que ya sabe que es una gatita de su casa.
Listo, Carlita. Ésa es la historia del nombre de Michelle.